En el siglo XVII los ornamentos en plata irrumpen profusamente en la vida mapuche. Se generan formas nuevas y complejas usadas por las mujeres. Los aperos de montar se engalanaron con plata.

Los prendedores de grandes proporciones, coronados por discos planos, Tupu, se elaboran durante todo el siglo. Surge el Trailonco de cinta de género con colgajos de plata, el Notrowe con tubos de plata y colgantes de campanas. A fines del siglo XVII, aparecen los pectorales o Sequil y los Trariloncos con cadenetas de plata.

Vienen al mundo los aros redondos, trapezoidales, capanuliformes. Nace la Trapelacucha con su cruz colgante. Los plateros despliegan su tristeza, con la ley de las monedas de plata, las piezas experimentan una baja notoria y aparece el níquel, es el fin.