Leyenda
En la época en que los españoles bajaban por los ríos en busca de plata y oro, y construían fuertes cerca de las minas para defenderse de los saqueos de los “indios”, en la orilla norte del lago Calafquén vivía un cacique que tenía una hija llamada Licán Ray, orgullo de la comunidad por su belleza, quien acostumbraba a bañarse todas las mañanas en las cálidas y transparentes aguas del lago Kalafkén.
Licán Ray había llegado ya a los quince años y tenía muchos pretendientes, todos los cuales eran rechazados por el padre, por no encontrarlos dignos de su bella hija.
Un día, cuando Licán Ray salía del lago luego de su baño matutino, fue sorprendida por un capitán español. Su silueta semejaba una aparición, brillante y coloreada con los primeros rayos del sol. El español se acercó y la muchacha, asustada, quiso huir, pero él le hizo comprender que no intentaba hacerle daño alguno. Ya más tranquila la doncella, le enseñó los nombres de los pájaros y los árboles, de los ríos y los vientos, y siguieron viéndose todas las mañanas, hasta que se dieron cuenta que estaban enamorados.
Mientras tanto, el padre de la joven había recibido de un cacique la promesa de una gran dote por su hija y decidió casarla con él. Un día le comunicó que su boda se efectuaría en la próxima luna llena. La muchacha fue a reunirse con su enamorado y éste le prometió que esa noche huirían. Licán Ray le advirtió que, si eran descubiertos, les esperaba una muerte horrible a ambos, pero el amor de los jóvenes era más fuerte que el temor a la muerte y escapar juntos. A orillas del lago se juntaron al anochecer y en una canoa llegaron muy silenciosamente a una de las islas. Estuvieron dos días sin encender fuego hasta que, por el intenso frío, al tercer día prendieron una fogata.
Los guerreros mapuches los habían buscado por los bosques vecinos y, pero al ver el humo en la isla, decidieron ir allá. La pareja, temiendo ser descubierta, había huido ya a otra de las islas, y así recorrieron las siete islas del lago Kalafkén. La leyenda dice que desaparecieron por el río y posiblemente llegaron al mar.
En las noches de luna llena, se dice que se puede ver una pareja de enamorados que huyen en una canoa.
Historia
El balneario de Licán Ray no tiene fecha precisa de fundación, sino que surge naturalmente con la llegada de los colonos; sin embargo, fue inscrito a nombre del fisco en el Registro de Propiedad del Conservador de Bienes Raíces de Valdivia en el año 1944.
Los terrenos colindantes con Licán Ray y, en general, toda la orilla norte del lago Calafquén, así como vastos sectores del litoral sur, siguen siendo tierras indígenas. Licán Ray mismo se encuentra rodeado por las comunidades de Caniulef, Ancalef, Cabrapán, Calfil y Manquel; sin embargo, ya en el segundo decenio del presente siglo algunos chilenos se fueron radicando en terrenos indígenas. Es así como don Tobías García le compró terrenos a don Andrés Calfil y, posteriormente, don Gregorio Becker y don José Jara le compraron terrenos al señor García, quien donó los terrenos para la construcción de una capilla católica, la actual Parroquia San Francisco.
En la evolución de Licán Ray pueden distinguirse dos etapas. La primera se inició con su “fundación”, en el año 1942, por don Juan Francisco Jaramillo Mera, quien convierte a Licán Ray en un pueblo, ubicado en los ancestrales terrenos de la comunidad indígena Loncopán.
A partir de 1942 en adelante, el pueblo recién fundado comenzó a crecer. Como los sitios eran gratuitos, la gente de los alrededores vino a establecerse en él beneficiándose, además, con la instalación de la Empresa de Ferrocarriles del Estado. A dicha empresa el fisco le concedió en 1942, y por término de 20 años, lotes en arriendo y en uso gratuito para que se estableciera. El objeto era la explotación de la madera de pellín y su elaboración para la obtención de durmientes, que eran trasladados en vapores que cruzaban el lago.
Cuando cesa la explotación de la madera, y después de algunos años de estancamiento, se produce un breve resurgimiento a raíz de un proyecto de creación de una central hidroeléctrica que haría elevarse el nivel de lago Calafquén en 14 metros, lo que significaba inundar el pueblo, además de perder 3.856 hectáreas de terreno. Esto provocó que mucha gente se retirase hacia partes más elevadas, trasladando sus cosas y abandonando sus terrenos. Posteriormente se desistió de este proyecto, creándose otra solución para la instalación de la Central Hidroeléctrica de Pullinque, que fue inaugurada en 1962.
Por otra parte, el terremoto de 1960, que ocasionó el tranque de los ríos Llancahue y Huenehue, contribuyó al despoblamiento de Licán Ray, pues se temía una inundación. Finalmente, esto no sucedió y, una vez pasado el peligro, comenzó a resurgir.
En esos años, las vías de acceso era precarias, y las provisiones se recibían a través de un barco que navegaba entre un aserradero de Coñaripe y un muelle solitario en el actual balneario de Calafquén, desde donde nacía un camino que llevaba a Panguipulli.
Años después, Licán Ray comenzó a hacerse conocido por su entorno natural, constituyéndose en un destino turístico. En 1966, el Estado comenzó a regalar terrenos, con la finalidad de repoblar el lugar. Como Licán Ray ya había comenzado a ser conocido por sus playas y bellos paisajes, comenzaron a edificarse numerosas casas de veraneo, creándose un sector balneario, que le dio su carácter turístico al pueblo. Posteriormente llegó la electricidad y, en la década de los ochenta, se terminó de asfaltar el camino hacia Villarrica.
Con la llegada del siglo XXI, Licán Ray quedó incluido como parte de la Ruta Interlagos, pavimentándose además el acceso desde Panguipulli, y mejorando la señalética vial en sus accesos.
Actualmente, Licán Ray es un balneario pujante que ha experimentado un notorio crecimiento en los últimos años, con una variada oferta de alojamientos, restaurantes, actividades recreativas, y otros servicios. Sus playas brindan una gran oportunidad de descanso, y la inversión en infraestructura que se ha realizado potencia su gran belleza natural, convirtiéndolo en el destino preferido de personas de todo Chile y de extranjero.