Su nombre originario es Rucapillan “casa del diablo” en mapudungun. Con su forma cónica casi perfecta es la principal carta de presentación del destino, aun cuando es el más activo de Chile y uno entre los más activos de Sudamérica.
Tiene una altura de 2.847 m.s.n.m. y está situado dentro del Parque Nacional Villarrica. En la cima presenta un cráter de aproximados 200 metros de diámetro y 50 a 100 metros de profundidad en cuyo fondo se encuentra un lago de lava permanente, además de contar con una intensa actividad fumarólica visible desde cualquier punto de la zona y durante la noche suele observarse el fascinante reflejo de la lava incandescente sobre su cráter. Por la zona sur está cubierto por un extenso glaciar de aproximados 40 km.2
Su historial de erupciones es muy rico, registrándose las primeras por los colonizadores españoles en el siglo XVI. Las más recientes ocurrieron en: 1948-49, 1963, 1971, 1984-85 y la última en marzo 2015.
La actividad turística en torno a este macizo se vuelca en verano a ascensiones al cráter, visita a sus cuevas volcánicas y cabalgatas por los faldeos donde cada año más de 15.000 visitantes de todo el mundo llegan a su cima y alrededores para admirar un espectáculo natural inolvidable. En invierno la práctica de ski y snowboard se transforman en el deleite de los deportes de nieve. Cuenta con un equipado centro de ski y 7 andariveles operativos. Este se abre solo en temporada de invierno.